Cada vez son más frecuentes estos pensamientos de mandar todo a la mierda y que sea lo que dios quiera, y no creo que sea una muy buena señal.
Pero después me tranquilizo y pienso, eso es lo mejor? no me estaría dando por vencida? no estaría hechando a perder casi 10 meses? meses de altos y bajos, pero con recuerdos que nunca voy a olvidar. Después de haber dicho esto, temo caer en esa frase: "nos aferramos a los buenos momentos e intentamos ocultar los malos". Entonces vuelvo a estar como al principio, confundida, sin saber qué hacer.
1 comentario:
mas identificada que nunca, me encanta tu blog, siempre tenés lo que quiero leer. un beso:)
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