Y se juntaron Rosario y la Capital, se juntaron el bien y el mal, se juntaron dos almas en una sola, se juntaron Sabina y Piazzolla. Se juntó una religión que era puro corazón con otra que nunca existió[...]
Cuando me acuerdo de él levanto mi vaso y brindo adonde quiera que estés por nuestra canción.
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